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Puama desde Jujuy

Con esta voz, que significa “Buen día, hermano”, la comunidad Ava Guaraní recibió al equipo de la Defensoría del Público en Ledesma, Jujuy. Allí se está realizando la traducción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual a ese idioma.

A poco más de 100 km de San Salvador de Jujuy se encuentra la ciudad de Libertador General San Martín, cabecera del departamento de Ledesma. Allí viajó un equipo de la Defensoría del Público para registrar el proceso de traducción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual a la lengua Ava Guaraní y establecer vínculos con sus comunidades, interesadas en el establecimiento de radios indígenas.

El Cacique del barrio San Francisco de la comunidad Ava Guaraní, Ezequiel Jacu, recibió al equipo del organismo integrado por Claudio Vívori y Facundo Vila, del área de Capacitación, y Juan García Lewin, del área de Comunicación institucional. Ezequiel habló de sus dos mandatos como Cacique, elegido por las jefas y jefes de familia, sobre los hermanos y hermanas de la comunidad, sobre el Consejo de Ancianos que guía a los caciques y sobre el sueño de tener una radio.

Aunque las lluvias hicieron difícil transitar algunos caminos de tierra para llegar al Centro Integrador Comunitario, integrantes de la comunidad participaron de una charla-taller en que el equipo de la Defensoría puso en común los contenidos de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual con especial foco en los artículos referidos a Pueblos Originarios.

En los intercambios y en entrevistas grabadas, que serán parte del registro audiovisual de la traducción de la Ley 26.522 a cinco lenguas indígenas, la Defensoría recogió el pedido de facilitar la difusión de la cultura local. La instalación de una emisora propia y, más adelante, de un canal de televisión -tales las expectativas de la comunidad- será la forma de contarse en sus propios términos, en primera persona. Desde Hermanos Unidos y Yaeka Yanderaikuere de Caimancito, comunidades aledañas, expresaron las mismas expectativas y quedó planteada la necesidad de fortalecer la articulación para trabajar en conjunto.

El entierro del carnaval hasta el año siguiente fue una oportunidad para que las imágenes expresen las tradiciones, los colores, las músicas de la cultura guaraní. Los trajes artesanales llevaban bordados los símbolos que referían a las estaciones del año, el horno de barro cocía las pizzetas caseras, las ofrendas a la Pachamama salían de las brasas, las quenas y tambores se mezclaron con la cumbia y el reggaeton que amplificaban los parlantes de la camioneta que más tarde encabezaría la marcha de caminatas y bailes.

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