La aventura de aprender a estar al aire
Esta es la historia de Juan Cruz en Santa Teresita: a los 14 años, en la Defensoría Móvil, conoció el mundo de la radio y se acercó a sus derechos comunicacionales. “Desde ahora soy un apasionado de la radio, no me la puedo sacar de la cabeza”, le contó a Miriam Lewin, la Defensora, en una entrevista hecha por él.
“Cómo está la gente de Santa Teresita. Bueno, acá estamos, en otra tarde, en otro programa. Hoy tenemos una invitada muy especial, muy querida en la Defensoría del Público. Ella cumple un rol muy importante. Su nombre es Miriam Lewin”.
Habla, parece nervioso. Pero no lo está: sólo se mueve para -lo dirá más tarde- enfatizar su pasión por la radio. Presenta a la Defensora del Público mientras se acomoda los lentes, los auriculares, sus rulos. Al mismo tiempo, observa a las personas que, en las intersecciones de Av. Costanera y calle 34, siguen el programa de frente al gran ventanal.
Se llama Juan Cruz, vive en Del Viso y veranea con su familia en Santa Teresita. Causalidades de la vida, la primera vez que salió al balcón del departamento alquilado para vacacionar, más allá del impacto del movimiento y el azul del mar, pudo ver cómo un objeto horizontal, inmenso, llamó su atención. En ese espacio, para Juan Cruz, estaba la aventura de aprender a estar al aire. La Defensoría Móvil, los estudios de radio y de televisión del organismo, lo estaban esperando.
-Contame qué hacés, a qué te dedicás.
-Soy periodista. Y, desde hace un año y medio, en una época desfavorable, en pleno aislamiento por la pandemia, asumí como Defensora. En la Defensoría del Público somos muchos y muchas, a algunas y algunos vos ya conocés.
-Es interesante tu labor, Miriam. Es lindo que le cambien el punto de vista a la gente, que le expliquen cuáles son los derechos comunicacionales, que del otro lado se den cuenta de que es errónea, a veces, la mirada. Muchas gracias por este espacio, por aceptar esta entrevista que te hice. Fue un placer.
-Muchas gracias a vos. ¿Te puedo hacer un par de preguntas?
Luego de la consulta de la Defensora, a Juan Cruz se le ilumina la cara y se le amplía la voz para contar que le llama la atención el programa de televisión “Cámara del Crimen”, que le interesan los antiguos y los actuales casos policiales, que los mira como si fueran películas: “La cultura también me gusta”.
A los 14 años, Juan Cruz moldea sus sueños. De frente al mar, desde arriba, espera que la Defensoría Móvil abra sus puertas para bajar y correr hasta el estudio de radio. O, a veces, escucha mientras merienda: “Desde ahora soy un apasionado de la radio, no me la puedo sacar de la cabeza”.
Durante su estadía en el Partido de La Costa, e impulsado por las explicaciones del equipo de Promoción de la Defensoría sobre el derecho a la comunicación y sobre cómo hacer radio, Juan Cruz aprendió y extendió su vínculo radiofónico. A tal punto que una emisora local, Radio Arena, lo sacó al aire. En donde quiere estar.
“Al conductor del programa le dije lo que hace la Defensoría y me invitó a conocer el estudio. Voy a ir”.
Instalada desde el 15 de enero en Santa Teresita, la Defensoría Móvil abrirá sus puertas hasta el 15 de febrero para luego continuar con un recorrido federal. Con la convicción de que todos los días, los derechos comunicacionales tienen nombre propio. Como el de Juan Cruz.