La jornada, conducida por las direcciones de Capacitación y de Protección de Derechos, se centró en el tratamiento de la orientación sexual, la identidad de género y el abordaje respetuoso, plural e inclusivo de la comunidad LGBTTTIQ+.

El abordaje de la orientación sexual, la identidad de género y el tratamiento respetuoso, plural e inclusivo de la comunidad LGBTTTIQ+, fueron los núcleos de la capacitación que llevó adelante la Defensoría del Público con diferentes equipos de producción del canal América.

Siempre en el marco del diálogo, desde las direcciones de Capacitación y de Protección de Derechos se hizo hincapié en que la Defensoría no tiene capacidad sancionatoria, pero sí apela a este tipo de construcciones para reparar de manera simbólica derechos dañados que surgen desde los reclamos de las audiencias. Se resumió, luego de citar varios ejemplos de diferentes medios periodísticos, que reproducir y replicar algunas informaciones sin al menos tener una reflexión crítica, con perspectiva de géneros, favorece la estigmatización y la discriminación de las diversidades y disidencias sexuales.

La idea del intercambio con las áreas de producción de América sirvió para entender que este tipo de trabajo funciona como herramienta para futuros casos, para abordar la temática desde otro lugar: respetar la autopercepción de las personas, desmenuzar el concepto de heteronorma y evidenciar que no se puede patologizar a las identidades de género.

En la continuidad de la dinámica de identificar los problemas, los equipos de producción de América vieron un video producido por la Defensoría del Público en el que chicas y chicos se expresaron sobre la conformación de familias diversas, eje de varios reclamos recibidos en el organismo luego de las expresiones de una profesional de la salud mental en un programa de ese canal.

La capacitación abordó, también, qué se puede hacer cuando una invitada o un invitado, con su mensaje, es quien funciona como disparador para las presentaciones de las audiencias. Algunas sugerencias que aparecieron fueron que también pueden tener espacio asociaciones o personas especializadas en las identidades de género.

Y, por fuera de las expresiones de invitadas o invitados, o alguien del panel, o de quien conduzca el programa, también se sugirió que una de las formas de no avalar esos discursos es no reproducirlos en un videograph, en un zócalo de TV. De esa forma, también, se construye sentido. Esos recursos audiovisuales pueden servir para contraponer un mensaje.