Luchas y retos para cuidar el ambiente en La Noche de los Museos
Por segundo año consecutivo se abrieron las puertas de la Defensoría: esta vez a través de la iniciativa “Humanizando etiquetas”, con la que distintas personas preguntaron y conocieron a testigos, sobrevivientes, activistas o comunicadores de la problemática ambiental. También hubo una muestra fotográfica.
La Defensoría del Público participó por segundo año consecutivo en La Noche de los Museos con el espacio “Humanizando etiquetas”: distintas personas pudieron conocer las historias de activistas, sobrevivientes y comunicadores de problemáticas relacionadas con el ambiente, así como conversar con testigos o guardaparques en sillas y mesas ubicadas dentro y fuera de la sede del organismo.
Mediante la propuesta, organizada junto con la ONG Cero a la Derecha y el Polo de Cultura Emergente Tacheles, la Defensoría se sumó por segunda vez a la actividad que se realizó en el marco de la cumbre mundial C40, ocasión para la cual también abrió sus puertas para la muestra de fotografías del artista Pablo Piovano y de “Territorios de la cuenca”, un trabajo sobre la cuenca Matanza Riachuelo de los artistas Olga Rivero y Santiago Goivannini.
En tanto, el Polo de Cultura Emergente Tacheles, ubicado enfrente de la Defensoría, combinó una feria de distintos productos artesanales y ecológicos con varias muestras y performances sobre el cambio climático y la relación entre cuerpos y dispositivos tecnológicos, pertenecientes a la “Bienal BIT Arte, Ciencia y Tecnología”, organizada por la Facultad de Ingeniería de Mar del Plata.
Diversas personas mantuvieron una charla íntima de alrededor de 20 minutos con “libros humanos”, mientras la Defensora del Público, Miriam Lewin, enfatizó en que la cuestión ambiental debe formar parte “de los contenidos que cotidianamente recibimos en los medios de comunicación”, porque “las coberturas son espectacularizantes, profundizan en la foto y no en la película”. Además, anunció que el organismo divulgará las recomendaciones sobre temas ambientales.
Uno de los “libros humanos”, el periodista Sergio Elguezábal, señaló que el ambiente en la comunicación audiovisual se trata de un modo catastrofista y la raíz de eso “tiene que ver con una falta de capacidad en los medios para afrontar los desafíos del nuevo tiempo”. También consideró problemático que la mayoría de los propietarios de los medios tengan “intereses ligados al petróleo y a la producción del agronegocio”.
Los y las participantes se anotaron, además, para escuchar a la maestra Paola Kruger, de 41 años, y directora, en la localidad de Baradero, de la Escuela Rural Nº8, rodeada de campos que arrojan de modo excesivo y sin control agrotóxicos y que causan, además de un olor a veneno en el aire, efectos nocivos para la salud, como alergias en la piel, problemas respiratorios e intoxicaciones.
Kruger, activista de Acción Ambiental Baradero, que lucha contra el modelo fumigador, contó que se logró recientemente que los concejales de la localidad aprobaran una ordenanza, la primera, que regula el uso de los agroquímicos, con 120 metros de zona de exclusión, y también se definió “como docente fumigada” por “ser la voz de los alumnos, en su mayoría hijos de peones y caseros rurales, que no pueden hablar”.
Otro “libro parlante” fue Ricardo Libera, militante del Movimiento Nacional Campesino Indígena Somos Tierra, que se ocupa de la defensa de los trabajadores rurales en su lugar de trabajo cuando son víctimas de desalojo de las empresas multinacionales. También enfatizó cómo las papeleras en Misiones perjudican el estado de la tierra y del agua, a tal punto que, en el paso del río Paraná por esa provincia, no hay peces por la contaminación.