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En la Fundación “Espacio Progresista” se habló sobre la Ley

La Defensoría fue invitada por la corriente liderada por el dirigente y ex senador radical Leopoldo Moreau. Más de 50 militantes de la UCR escucharon un informe detallado por Cynthia Ottaviano y se debatió sobre el presente y el futuro de la LSCA.

“En 30 años de democracia, el camino que hemos transitado se enmarca en un proceso de ampliación de derechos que fue muy importante para el país -sostuvo Moreau-, como los derechos civiles y los derechos humanos. Pero para que esas herramientas estén al servicio de la gente, es imprescindible que exista el derecho del público. Y la Defensoría llegó para garantizar eso. Por tal motivo, me animaría a decir que la sola creación de la Defensoría del Público justifica la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual”.

El dirigente, rodeado por medio centenar de militantes y referentes barriales porteños de la UCR, recibió a Cynthia Ottaviano en el local de la Fundación para que describiera el primer año de trabajo de la Defensoría y para dar un panorama general de los medios audiovisuales en el marco de la ley aprobada por el Congreso Nacional en 2009.

Para contraponer la imagen despectiva con que las corporaciones mediáticas presentan a la norma, tildándola de “Ley K”, la Defensora resaltó la participación que hubo en su confección, los 21 puntos promovidos por la Coalición por una Comunicación Democrática, el debate brindado en los 24 foros abiertos a nivel nacional, las 10.000 personas que opinaron sobre el tema, las 1.300 propuestas elevadas y las 120 modificaciones llevadas a cabo al proyecto original surgido del Poder Ejecutivo.

“La evolución de la libertad de expresión -dijo Ottaviano- comprende que la información ya no sea privativa de un licenciatario, sino que todos tengamos el mismo derecho, con las mismas posibilidades de acceso”. E invitó a revisar la riqueza de la norma con ejemplos: “Como los artículos 70 y 71, para que no haya trato discriminatorio en los medios; el 65, que establece cuotas de producción local en radio y televisión como manera de fomentar el trabajo y la creación; el 68, que habla del horario de protección a la niñez, en plena concordancia con la mayoría de los países del mundo; el 81, que reglamenta la publicidad; o el 66, tan importante en materia de inclusión, a partir de incorporar herramientas como la lengua de señas a las emisiones”.

A la hora de las preguntas, uno de los intereses estuvo puesto en los antecedentes que tiene la Defensoría. Ottaviano comentó iniciativas importantes como las que existieron en la revista La Maga o la Radio de la Ciudad, entonces dirigida por el periodista Carlos Ulanovsky, donde estaba presente la figura del defensor del lector o del oyente. Pero que en realidad, la Defensoría es única en el mundo. No sólo porque representa a las audiencias radiales y televisivas de todo el país, sino además por la manera en que fue gestada. “Nosotros nacimos por ley, rendimos cuentas a una Comisión Bicameral representada por distintas corrientes políticas y mi designación, además, fue avalada por una fuerte participación ciudadana. Apoyada por 800 referentes del campo social, de los derechos humanos y de la cultura. Y objetada sólo por el Grupo Clarín”.

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