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Impacto emocional y deterioro en las condiciones de trabajo

jueves 10 de septiembre de 2020

Un relevamiento realizado por la Defensoría del Público a periodistas, comunicadoras y comunicadores, pone en evidencia las dificultades para teletrabajar en pandemia y el empeoramiento de las condiciones para llevar a cabo las tareas. Son periodistas, son esenciales.

El impacto emocional por el contacto diario con la enfermedad y con la muerte que conlleva la cobertura de la pandemia afecta al 57,1% de periodistas de todo el país. Y, además, gran parte de las y los trabajadores da cuenta de la complejidad y los problemas que representa el teletrabajo. A estos datos se llega según una consulta realizada por la Defensoría del Público durante agosto.

Este relevamiento contó con el apoyo en la difusión de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa y del Sindicato de Prensa de Buenos Aires. Y se hizo para conocer las condiciones de trabajo, en medios de comunicación, que impone la pandemia. También, para proponer mejoras.

En ese marco, la Defensora del Público, Miriam Lewin, aseguró que se trata de hacer una “radiografía sobre cómo están trabajando los medios en este contexto” porque si en las redacciones “se trabaja sin protección, bajo presión y sin recursos tecnológicos, con inseguridad o angustia o agobiadas/os por las tareas de cuidado, se resiente la calidad de la información que reciben las audiencias”.

El 46% de quienes participaron de la consulta voluntaria expresó que la labor periodística “empeoró” desde la declaración del estado de pandemia por la Organización Mundial de la Salud.

La consulta, totalmente anónima, fue respondida por 568 personas de todos los distritos del país. Las preguntas y temas propuestos estuvieron abiertos a respuestas voluntarias: es decir según la decisión de cada participante.

En la definición de las modalidades o tipo de trabajo se notó la presencia creciente de los portales, medios digitales o en streaming: las respuestas correspondientes a personas que ejercen el periodismo bajo estas modalidades es casi la misma cantidad que en radio y prensa gráfica. También merece atención la cantidad de comunicadoras y comunicadores que trabajan en dos o más medios.

La influencia del teletrabajo

El teletrabajo alcanza a casi el 80% de quienes respondieron, a tiempo parcial o jornada completa. En este aspecto se notan dificultades de conexión e incrementos de gastos propios de esta modalidad, así como ciertas carencias de herramientas de trabajo en el hogar que no son hasta ahora contempladas por las empresas de medios. Las y los trabajadores, además, enfrentan desafíos excepcionales para la coordinación de las tareas, ya que son a distancia.

Medidas de cuidado de la salud

En una mayoría muy compacta de las respuestas, el 61,3%, aparecen definidas como “suficientes” las medidas sanitarias adoptadas en los lugares de trabajo. En cambio, el 28,1% las considera “insuficientes” por aspectos tales como falta de elementos de cuidado, estrechez de los espacios, carencia de controles y limpieza y desinfección no satisfactoria. También hay menciones de la presencia, en los estudios, de una cantidad mayor de personas a las recomendadas por el distanciamiento necesario para evitar el contagio.

Los resultados no son tan favorables en cuanto a las condiciones de coberturas presenciales. Solamente la mitad dice que los elementos de cuidado para estos casos son suficientes. El 29,8% los considera insuficientes y una porción muy significativa, el 19,5%, dice que no recibió “ningún” elemento para preservarse del coronavirus. En este rubro, comunicadores y comunicadoras hablan de la falta de cuidados adecuados en las apariciones públicas de funcionarios, por inauguración de obras o visitas a hospitales, entre otras circunstancias.

Desmejora de condiciones de trabajo

En cuanto al “empeoramiento” de las condiciones de la que dio cuenta casi la mitad de las personas que respondieron, se mencionan factores muy diversos, ya que la descripción era abierta. Sobresalen las pérdidas en los ingresos, más el trabajo sin compensación salarial, las suspensiones en los pagos e incluso los pagos en cuotas. Así como los desafíos no previstos en la coordinación del teletrabajo.

En la consulta surge con claridad el estancamiento salarial en los seis meses transcurridos desde el comienzo de la crisis sanitaria: así lo sostiene el 58% de las y los participantes. Una porción también muy significativa, el 37,3%, detalla que hubo un empeoramiento en este aspecto. Esto también se vincula con un incremento del tiempo de trabajo (45,6%), contra el 43,3% que asegura que se mantiene igual y el 11,1% que sostiene que disminuyó.

El género y el periodismo

Del total de personas que respondieron a la consulta de la Defensoría del Público, el 55,5 por ciento son mujeres y el 43,4 por ciento hombres. En tanto, el 1,1 por ciento se declaró como LGBTTTIQ+.

Como está comprobado en todos los ámbitos laborales y en las disciplinas diversas, también en la situación excepcional que representa la pandemia las mujeres hacen frente a exigencias específicas.

Así se puede constatar en algunas de las respuestas reunidas, entre las que se explica que el trabajo domiciliario y de cuidado agrega dificultades por los imperativos culturales que, todavía hoy, hacen que recaigan más en las mujeres. En estos casos, además, se informa de comunicadoras forzadas a realizar tareas fuera de horarios convenidos y cuando están abocadas a atender exigencias o responsabilidades familiares. En estos testimonios se hace notar, en suma, que las inequidades habituales entre géneros se potencian durante la pandemia.

Las fuentes y los flujos informativos

La consulta incluyó, además, una indagación respecto de los flujos informativos y el acceso a las fuentes vinculadas con la cobertura de la pandemia. Del total, el 63,8% considera que accedió a la información que necesitaba. Y más de un cuarto de quienes respondieron, el 26,2% específicamente, certifica problemas en este punto.

Los inconvenientes relatados son muy variados por tratarse, también, de respuestas abiertas. Pero sobresalen problemas en la circulación de la información oficial, o funcionarios que no se prestan a entrevistas. O que responden con demora. También se puntualiza sobre las dificultades para acceder a funcionarios y funcionarias nacionales, ya que habría una supremacía de los medios considerados más influyentes o poderosos.

Noticias falsas

Las respuestas dan cuenta a la vez de un fuerte optimismo respecto de la calidad de la información difundida. De hecho, el 88,2% desestima que los medios en los que trabajan hayan difundido noticias falsas, mientras que el 11,8% declara que sí se verificó ese problema.

Estas definiciones dialogan también con las referidas a la credibilidad de los medios. En efecto, el 55,8% opina que se mantiene igual que antes de la pandemia. El 36,3% relata que son más creíbles y apenas el 7,9% expresa que son menos creíbles.

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