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NODIO, el Observatorio de la desinformación y violencia simbólica

viernes 9 de octubre de 2020

Se trabajará en la detección, verificación, identificación y desarticulación de las estrategias argumentativas de noticias maliciosas y la identificación de sus operaciones de difusión. En la apertura estuvieron Miriam Lewin, Glenn Postolski, Jorge Alemán, Florencia Saintout, Damián Loreti, María Seoane y Adriana Amado Suárez.

Para celebrar los 11 años de la promulgación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, la Defensoría del Público presentó “NODIO: Observatorio de la desinformación y la violencia simbólica en medios y plataformas digitales”, que tendrá como objetivo proteger a la ciudadanía de las noticias falsas, maliciosas y falacias.

La jornada, emitida por la web del organismo, contó con la participación de la Defensora del Público, Miriam Lewin; el Director General de Planificación Estratégica e Investigación, Glenn Postolski; el psicoanalista y escritor, Jorge Alemán; la diputada y doctora en Ciencias Sociales, Florencia Saintout; la investigadora y analista de medios, Adriana Amado Suárez; el profesor titular plenario en derecho a la información FSOC.UBA, Damián Loreti, y la periodista y escritora, María Seoane.

“Desde que se inició esta nueva etapa de la Defensoría del Público, a través de sus reclamos, integrantes de las audiencias nos expresaron su preocupación por la circulación de mensajes cargados de violencia y desinformación en redes sociales y en medios. En un tiempo de aislamiento, en el que medios y redes son nuestra ventana al mundo, la difusión de mensajes favorables a la dictadura cívico militar, misóginos, sexistas, racistas, xenófobos, homofóbicos intoxican el debate democrático y refuerzan opiniones que promueven la polarización, cancelan la diversidad y pueden conducir, incluso, a la violencia física”, sostuvo Lewin en la apertura.

En la actualidad,  los medios convencionales y el mundo digital tienen múltiples intersecciones y ya no son universos separados. Internet potenció la libertad de expresión ciudadana. A pesar de que este escenario ampliado está caracterizado por una alta concentración, el acceso masivo a la información mejoró ciertos procesos democráticos y los hizo más participativos e inclusivos. Sin embargo, también contribuyó a la propagación y viralización de desinformación o información maliciosa, fomentada por las lógicas de funcionamiento de las redes digitales, lo que representa un problema para el desarrollo de la vida democrática.

En este escenario, la Defensoría del Público asume el compromiso democrático de generar insumos y entornos de intercambio que permitan reflexionar acerca de las prácticas responsables en búsqueda de un periodismo de alta calidad, el fortalecimiento de las audiencias críticas mediante el desarrollo de competencias digitales y el fomento del debate sobre los aspectos éticos del ejercicio de la libertad de expresión en internet, entre otras. Con ese fin nace NODIO.

“Tanto la ONU como la OEA se han expresado a favor de que iniciativas ciudadanas con espíritu no punitivo estudien y propongan iniciativas con un espíritu democrático, involucrando a periodistas, medios, plataformas digitales, verificadoras, universidades y organizaciones de la sociedad civil. El espíritu es el empoderamiento de la ciudadanía digital, para reconocer y rechazar este fenómeno, lesivo a la democracia”, amplió Lewin.

El Director General de Planificación Estratégica e Investigación, Glenn Postolski, explicó: “Lo importante es que desde el observatorio produzcamos un conocimiento útil para construir un debate democrático plural y más robusto”. Luego le dio la palabra a las y los panelistas, quienes hace 11 años impulsaron o acompañaron desde sus tareas la creación y aprobación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

“Lo importante es que desde el observatorio produzcamos un conocimiento útil”

La primera en exponer fue la diputada y doctora en Ciencias Sociales, Florencia Saintout, quien celebró la creación del Observatorio y remarcó las consecuencias reales que produce la violencia simbólica. Puntualizó que los discursos de odio tienen un recorrido en las redes, pero también “siguen construyendo agenda en los medios tradicionales, que además están hiperconcentrados”. Luego señaló que esos discursos están todos enfocados contra minorías: por ejemplo, las mujeres. Cerró su ponencia deseando que el observatorio sea un lugar de debate sobre la concentración, la relación con la desinformación, sobre las éticas profesionales, sobre el vínculo entre medios de comunicación y política y que se puedan producir datos a interpretar para no resignar la condición de verdad de la información. Remarcó que contra los discursos de odio no se lucha con la prohibición, sino que “debe ser la sociedad a través de procesos de maduración quien pueda ponerle un fin a esos discursos”.

“Los observatorios son grandes faros de libertad”

Luego llegó la mirada de la periodista y escritora María Seoane. “Los observatorios son grandes faros de libertad. Tienen como objetivos las alianzas en la conciencia democrática y sobre los derechos que son vulnerados de los ciudadanos”. Propuso pensar sobre la desconcentración de la comunicación en Argentina y el mundo, con el fin de evitar posiciones dominantes y condicionamientos políticos y económicos. “Es una tarea central la de la Defensoría, debe haber y debe ser planteada una ley de alfabetización comunicacional. Los ciudadanos deben ser alfabetizados en el uso y en la estructura de la comunicación”, continuó. Lo detalló para que las audiencias entiendan los procesos de construcción de noticias maliciosas. “El uso de las fake news, de la manipulación, tienen intereses que siempre son contrarios a los intereses colectivos”, remarcó. “El derecho humano a la comunicación está en riesgo”, postuló, por el uso que hacen de la tecnología los grandes gigantes de la comunicación. “El derecho a la comunicación veraz debe ser incorporado como un derecho humano básico”, enfatizó, ya que con los discursos de odio se vulneran artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

“Según un estudio, la mayor parte de la información que circulaba por redes sociales no era desinformación”

La investigadora y analista de medios, Adriana Amado Suárez, introdujo una mirada sobre lo que denominó información de calidad. Presentó un estudio realizado por la Universidad de Oxford sobre Twitter y aseguró que en el momento de mayor circulación de información en pandemia: “La mayor parte de la información que circulaba por redes sociales no era desinformación. El fenómeno existe, pero la información que circula en las redes también ha aportado muchísimo al conocimiento de la pandemia”.

Para Amado Suárez, este tipo de situaciones son antídotos contra la desinformación. “El 70% de la conversación de las redes está originado por el 20% de fuentes que suelen ser personalidades públicas”, dijo. Y propuso el desafío de que NODIO logre aportar a la credibilidad de la información.

El profesor titular plenario en derecho a la información Facultad de Ciencias Sociales de  la UBA, Damián Loreti, felicitó la iniciativa y recordó que mañana se cumplen 11 años de la sanción y promoción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual: “Fue la partida de nacimiento de este organismo vital en la defensa del derecho humano a la comunicación, que es la Defensoría del Público”.

“No es lo mismo estar prohibido que estar castigado, y no es lo mismo ser castigado que estar sujeto a responsabilidades ulteriores”

Para Loreti la creación de un observatorio no es una tarea sencilla. “No es lo mismo estar prohibido que estar castigado, y no es lo mismo ser castigado que estar sujeto a responsabilidades ulteriores”, explicó. Y añadió que existen mecanismos de responsabilidad ulterior que no tienen que ver con el castigo. “La Comisión Interamericana de Derechos Humanos tiene dicho en la Declaración de Principios del año 2000: la exigencia legal de veracidad de la información es incompatible con la Convención Americana”, planteó para entender la complejidad del tema.

También habló del derecho a recibir información no manipulada, aunque no se tiene la solución de esta situación. “Nosotros estamos hoy discutiendo esto, pero ya tenemos experiencias de que muy buenas reglas son muy mal usadas”, finalizó.

Para terminar las exposiciones, el psicoanalista y escritor, Jorge Alemán, opinó que para establecer las condiciones que hicieron posibles las fake news como los discursos del odio, hay que referirse a dos momentos del siglo XX, que dos pensadores supieron recoger. “El neoliberalismo se caracteriza por disolver los límites. Y lo ilimitado y lo democrático son incompatibles. Para Lacan en el discurso capitalista hay un rechazo a la verdad y al amo. Hay que pensar en la transformación antropológica que hizo posible una subjetividad que fuera afectada radicalmente por las fake news y los discursos de odio. Creo que para hablar de fake news y discursos de odio hay que referirse a dos momentos del siglo XX. El primero es Foucault y su concepto sobre la libertad, en donde aparece el neoliberalismo y su dimensión ilimitada. Disuelve los límites. Luego, emerge Lacan y el discurso capitalista”, detalló.

“El neoliberalismo se caracteriza por disolver los límites. Y lo ilimitado y lo democrático son incompatibles”

Citó a Foucault y a Lacan para recuperar el nacimiento de las fake news, como un otro que viene a tapar autoridades simbólicas que aparecen. “De ahí surge el rechazo a la verdad, al amor, al amor por lo común. Pretendo mostrar las raíces, o desde donde surgen los temas planteados en este Observatorio. Se busca destruir autoridades simbólicas, instituciones… Por eso surgen los discursos dilantes. Como no hay autoridad simbólica, el punto de anclaje lo constituye el propio odio asignado que viene a tapar a esa autoridad. Aparece un otro que es voraz. Ese otro tiene diversos nombres: judíos negros gitanos, mujeres, etc.”, concluyó.

La Defensoría del Público, en este marco, asume un compromiso democrático mediante la creación de NODIO.

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