Continúa el debate y el intercambio entre defensores y defensoras de las audiencias de los cinco continentes en el encuentro internacional en Buenos Aires
Cómo promover el pluralismo, los cambios en las rutinas de trabajo de las Defensorías, y la regulación de los comentarios online fueron algunas de las temáticas que se abordaron en el segundo día de trabajo del encuentro de la ONO.
Con la presencia de 43 representantes de los cinco continentes continúa desarrollándose en Buenos Aires el encuentro internacional de la Organization of News Ombudsmen (ONO), organizado por la Defensoría del Público, y que por primera vez reúne en Argentina a defensores y defensoras de las audiencias de todo el mundo. La actividad, convocada bajo el lema “Los derechos de las audiencias en escenarios de comunicación concentrada. Crisis social y terrorismo”, se extenderá hasta el miércoles. La ONO reúne a defensores y defensoras de medios de gestión pública y privada de 23 países.
Esta mañana, la primera charla del día se denominó “La regulación de comentarios on line y sus implicancias para la libertad de expresión”, a cargo de Guy Gendron (Radio Canadá) y Tom Naegels (De Standaard, Bélgica). El primero, integrante de la emisora pública que llega a 35 millones de personas y recibe más de un millón de comentarios on line por mes, explicó que fueron muchos los intentos por alcanzar mecanismos regulatorios equilibrados, “desde la prohibición total de algunos, hasta el monitoreo previo de los mensajes. Hasta que adoptamos como política el permitir mensajes sólo a los usuarios registrados, descartando los seudónimos”. Y agregó: “Fomentar la ira no es abandonar la democracia, sino protegerla”.
En su intervención, Naegels coincidió: “En nuestro caso, los caminos adoptados fueron varios, como moderar las palabras, hacer editoriales que orientaban acerca de cómo intervenir, instar a que no haya descalificaciones, evitar lo anónimo, y diseñar un programa especial que leyera palabras agraviantes, y comentarios insultantes y racistas”. El belga reconoció “no haber alcanzado una madurez vinculada a qué hacer con los comentarios de los lectores. Pero ese ´fracaso´ no es el fracaso del periodismo, sino el precio que se paga cuando damos voz a la ciudadanía, un tema que tiene mucho de interacción”.
La mesa “¿Cómo promover el pluralismo ante posiciones políticas extremas?” tuvo como protagonistas a Vera Guimaraes, de Folha de Sao Paulo, y a Margo Smit, periodista de NOS, en Holanda. Guimaraes describió el actual momento brasileño como de “fuerte conflictividad política y social”, marcada por los casos de corrupción en Petrobrás que “acentuaron la crecida de movimientos anti gobierno, el rechazo a las prácticas políticas, y una fuerte división entre la gente”. Explicó que una de las cuestiones discordantes era “cuántos estaban a favor y en contra de los dirigentes, hasta que, para evitar datos que por ejemplo aportaba la policía sin ninguna rigurosidad, en Folha decidimos hacer nuestro propio conteo. Pero ocurrió algo impensado: era tal la intolerancia, que muchos lectores no creyeron lo que publicábamos, y anularon sus suscripciones”.
La brasileña agregó detalles sobre lo difícil que es en estos momentos desarrollar la profesión: “En un clima de permanente hostilidad, hay periodistas callejeros que no pueden salir a hacer notas con micrófonos que muestren logos de los canales. Para nosotros, en mi país cayó la tormenta perfecta: crisis comercial, pérdida de empleo y campañas de desacreditación”.
A su turno, Smit contó que es muy común la discusión en las redacciones sobre qué hacer frente a posiciones radicalizadas. Y puso el ejemplo del líder de un partido de extrema derecha, que pide cerrar las fronteras y expulsar a los marroquíes. “El dilema -afirmó- es si cubrir eso periodísticamente, con la duda de si eso estimula dicha postura. Si publicamos sus palabras hay quienes piensan que avalamos sus dichos, y si no lo hacemos, nos acusan de censurar. Son temas difíciles para analizar”.
La mañana se cerró con el panel “Cambios en las rutinas de trabajo de las Defensorías”, donde Stephen Pritchard (The Observer, de Londres) fue moderador, y en el que intervinieron, por ejemplo, Cynthia Ottaviano y la defensora colombiana Amparo Pérez. Ottaviano resaltó el empoderamiento de las audiencias “como camino a que los medios vayan entendiendo cada vez más que la comunicación no es un negocio para pocos, sino un derecho humano para todos”. Pérez asintió: “Estos días no sólo nos brindan la posibilidad de conocernos entre nosotros, sino además de transmitir para afuera que estamos acá, en resguardo de esos derechos. Para que no haya estigmatización, para que no haya un discurso único, y para que no exista una concentración del mensaje”.
Este encuentro será coronado con el “IV Seminario ibero americano de Defensorías/Ouvidorias de medios” -abierto al público-, que analizará, entre otros temas, los avances y retrocesos ocurridos a nivel regional en materia de concentración de medios de comunicación.
Ayer, Ottaviano destacó el intercambio de experiencias como “un instrumento fundamental para profundizar nuestras democracias en estos momentos tan difíciles para América Latina, épocas de mercantilización de la información y de políticas regresivas en materia de comunicación audiovisual”. Lo hizo después de que los visitantes vieran y escucharan un saludo especial enviado por Edison Lanza, relator especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH),
Entre otros, ya aportaron su testimonio Ignaz Staub (Tamedia, Suiza), Alan Sunderland (ABC, Australia), Annieke Kranenberg (del diario holandés De Volk Skrnt), Sjoerd de Jong (NRC Handelsblad, también de Holanda), María Cristina Mata (comunicóloga y docente de la Universidad Nacional de Córdoba), Adriana Solórzano (presidenta de la Asociación Mexicana de Defensorías de las Audiencias, AMDA), Joseti Marques (EBC, Brasil), Olga Restrepo Yepes (defensora de Teleantioquia, Colombia), Gerardo Albarrán de Alba (Radio Educación, México) y Sally Begbie (SBS, Australia).
La jornada se compone de actividades conjuntas con instituciones de América y Europa, como la ONO, la Facultad de Comunicación de la Universidad de Brasilia (Brasil), la Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación (ALAIC) y el Centro de Estudios de Comunicación y Sociedad de la Universidad de Minho (Portugal). Además de nuestro país, participan representantes de Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, España, México, Paraguay, Portugal, Uruguay, Canadá, Inglaterra, Estonia, Holanda, Bélgica, Japón, Dinamarca y Australia.