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Violencia política por razones de género: balance de los dos encuentros

miércoles 5 de agosto de 2020

La Defensoría y el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA) llevaron adelante dos encuentros para compartir experiencias y estrategias contra la violencia política. Voces de mujeres y representantes LGBTTTIQ+ concluirán en una Guía para abordar la temática.

Con el foco puesto en prevenir y erradicar la violencia política por razones de género en los medios, la Defensoría del Público y el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA) llevaron a cabo dos encuentros. En ambas jornadas, más de 50 mujeres e integrantes del colectivo LGBTTTIQ+ que se desenvuelven en política, en medios de comunicación, en ámbitos académicos y de Derechos Humanos, se dieron cita de manera virtual para coincidir en que sufren o sufrieron violencia política. Con todas esas opiniones, con esos análisis, se establecerán lineamientos que concluirán en una Guía para abordar esta temática. Las dos jornadas se transmitieron a través de la web institucional de la Defensoría y reunió a cientos de personas que las siguieron a través de la página del organismo o desde el canal de YouTube. La primera, la del 27 de julio, se puede ver desde este link. Para la del 3 de agosto, hay que ingresar acá.

Introducción

La visibilización de la problemática surgió como el primer paso y la eliminación definitiva de todo tipo violencia, el objetivo final. De las decenas de opiniones se desprendieron relatos en primera persona, ideas de cómo afrontar el problema y también planificaciones en articulación con medios públicos y privados, con organismos, con sindicatos, con partidos políticos, con organizaciones, entre otros espacios. En síntesis, fortalecer las redes de mujeres y diversidades, responder unidas y fomentar estímulos y protocolos contra la violencia.

“¿Viste que no estabas preparada? ”, “Estoy desmoralizada”, “Nos dicen trola, gato, grasa, falta de formación”, fueron algunas de las expresiones escuchadas en las dos jornadas.

“En los recintos, en los ámbitos partidarios, en las pantallas y en los micrófonos, tenemos menos espacios cualitativos. Y si alzamos la voz, nos agreden con nuestro aspecto físico, con nuestra vida privada, nos insultan y nos descalifican. Cuando se silencia a una mujer o LGBTTTIQ+, pierde la democracia. Estas agresiones van desde quitarnos la palabra a la eliminación física incluso, en una escalada que tenemos que encontrar la forma de detener”, analizó Miriam Lewin: la Defensora del Público habló en las aperturas y en los cierres de los dos encuentros. Natalia Gherardi, del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), sostuvo: “Silenciar la palabra de una mujer en la política es comprometer la diversidad y la amplitud que tiene que tener el debate público. Uno de los grandes aciertos de la Defensoría del Público es mostrar la dimensión colectiva de la violencia política hacia las mujeres”.

La antropóloga Rita Segato fue quien abrió el primer debate: “Las mujeres somos moralmente vulnerables, siempre; por definición. Hasta que el patriarcado no se desmorone, nuestra vulnerabilidad moral es visible cada día de la vida, en todas las situaciones, en todas las escenas. Pero sobre todo en la escena ampliada, que es la escena mediática. La sospecha moral sobre las intenciones de las mujeres es algo atávico y está en la larga historia de la especie, desde tiempos muy antiguos”. Esa jornada se dividió en tres lineamientos: experiencias, conceptualización y estategias.

Para el segundo encuentro, quien tuvo la oportunidad de abrir las exposiciones fue la directora del Observatorio de Género en la Justicia del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires, Diana Maffía: “La violencia de género es un tipo de violencia que podríamos caracterizar como terrorista, en el sentido en que se ejerce arbitrariamente sobre cualquiera de nosotras, pero el objetivo es disciplinarnos a todas. Cuando los medios de comunicación difunden y replican el discurso androcéntrico que nos estereotipa, lo que le digan a una nos lo dicen a todas. Cuando una mujer política se la muestra como descentrada, nos descentran a todas, nos tratan de locas a todas”.

Las estrategias colectivas sin dejar de respetar y discutir las diferencias, la atención a la vulneración de los derechos se pusieron de manifiesto para coincidir en que el silencio, la omisión y la invisibilización también son formas del ejercicio de la violencia política.

“Mal atendida, trola, gato, grasa, torta, sorda, fea, ignorante, gorda, flaca esquelética, borracha, tarada, ridícula, inútil. Se meten con nuestro aspecto físico, se meten con nuestra intimidad, se meten con nuestra vestimenta. Nos quieren disciplinar o excluir para que volvamos a los roles tradicionales que establece para nosotras la sociedad patriarcal”, agregó Lewin.

En primera persona

La diputada nacional, presidenta de la Comisión Bicameral de Promoción y Seguimiento de la Comunicación Audiovisual, las Tecnologías de las Telecomunicaciones y la Digitalización, Gabriela Cerruti, aseveró: “Creo que la violencia política contra las mujeres, desde los medios de comunicación, no se ejerce por igual contra todas las mujeres, si no que se ejerce contra aquellas mujeres que desde diferentes lugares ponen en jaque al patriarcado”. “Viste que no estabas lista”, fue la frase que resonó desde la experiencia personal de la legisladora porteña Ofelia Fernández. Y agregó: “El objetivo final -de este tipo de aseveraciones- es evitar que avance y se potencie un proceso en el cual muchísimas pibas están ahora participando. En el plano de la política muchas veces nuestras posiciones pueden ser totalmente distintas, desde enfoques totalmente distintos, pero las cosas que recibimos son exactamente iguales y eso ya es un punto relevante”.

La presidenta del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), Victoria Donda, quien fue muy tajante: “Cuando hay violencia hay que decirlo”. “La violencia que se desarrolla en los medios de comunicación muchas veces luego se traduce en violencia física. Ninguna sociedad puede ser democrática y libre si una parte está expuesta a comportamientos violentos machistas. Cuando la mujer quiere conquistar un espacio que sale de lo privado hay una parte de la sociedad que lo resiste”, amplió. Para terminar de esta forma: “Los protocolos para sancionar la violencia de género son absolutamente necesarios”.

La diputada nacional Mónica Macha agradeció el encuentro y poder estar conceptualizando el micromachismo que está en la sociedad. “Es un tema que impacta mucho sobre nosotras”, aseguró. Luego, preguntó cuál es el límite: “¿Hasta dónde es libertad de expresión y hasta donde es violencia política?” Porque para ella, trazar ese límite es muy importante. Como miembro de la Comisión de Libertad de Expresión de la Cámara de Diputados, propuso que conocer esa diferencia es crucial y “la otra cuestión que me parece importante es el tema de la ideología de género, que es planteada como si desde nuestro lugar quisiésemos manipular conciencias, hay que discutirlo mucho”.

La ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad sexual de la provincia de Buenos Aires, Estela Díaz, remarcó: “Hay mucho de violencia política en la estigmatización, la espectacularización, la denigración muchas veces de las personas que han sido víctimas de femicidios y travesticidios”. Y se despidió proponiendo que: “El gran desafío que tenemos tiene que ver con hacer un planteo integral respecto al tema de las violencias”.

Más voces

La periodista, delegada de Canal 13 -TN (Sipreba) Silvia Martínez Cassina habló en primera persona: “Voy a hacer un pequeño resumen para enmarcar lo que estoy viviendo públicamente hace un mes, pero desde hace mucho tiempo. Soy periodista desde los 19 años, hace 38 años que trabajo de este oficio, 27 en Artear y los últimos 23 años en al frente del noticiero todos los mediodías en la co-conducción del Noticiero 13 de Canal 13. Hace tres años y medio que soy delegada gremial por Sipreba de Canal 13 -TN y la Web de noticias de Artear. Esto que conté así cortito es para poder entender, pero en realidad, es inentendible el hostigamiento, la discriminación y la persecución gremial de la que soy víctima y la que me puso como protagonista en el último mes y más en la última semana. ¿Cuándo empecé a padecerla? Cuando empecé a desentonar con el pensamiento hegemónico y desde que lo pude poner en palabras. Primero, empiezan a desgastarte profesionalmente, y la censura no es necesariamente algo que surge de una orden explícita de un jerárquico. Pero sí de un trabajo muy sutil de quien sí tiene un mando directo a quien convencen de que esa voz distinta que está en el aire le va a crear a él también un problema, como jefe intermedio. De allí a transmitirlo a todo el equipo de trabajo, hay un solo paso. Entonces, se empieza a naturalizar y a estigmatizar a la persona”.

“Esta violencia, en la TV, es continua, obscena, visible. Yo no tengo más ganas de poner el cuerpo. No tiene costo el ataque, el agravio. No creo que esto cambie en breve. Pasé situaciones espantosas. Me han llegado a decir ‘mal cogida’ al aire. Cuál es el argumento político para discutir en esas circunstancias”, detalló la periodista Romina Manguel. La politóloga de la Universidad Nacional de Río Negro, María Esperanza Casullo, subrayó: “Las mujeres que participan en política son víctimas de la violencia a todo nivel, en todos los partidos. Cuanto más participan, más violencia hay. No sólo acá, en Argentina. Y esas violencias son múltiples. Las interrumpen en los medios, en el Parlamento, en un panel. Las mujeres son más interrumpidas que los varones”.

Por su parte, la miembro del Espacio de Género y Diversidad Movimiento Atahualpa, Cintia Pili, contó cómo en 2015, fue víctima de violencia mediática cuando ella era la primera candidata en el cupo femenino como consejera escolar y en ese momento, un periodista la agredió preguntando cómo una persona trans podía ir en la lista como mujer. Contó el proceso que llevó adelante la Defensoría del Público y cómo se logró su reparación. Una acción que tuvo una gran repercusión en Mar del Plata. Agradeció la convocatoria y pidió a las mujeres que trabajan en política que sigan luchando por el cupo trans.

La diputada de la Provincia de Buenos Aires Florencia Saintout explicó: “La historia de las violencias por razones de género hacia las mujeres y las disidencias es antiquísima. Es una violencia que ha sido invisibilidad de tal manera que, recién en 2019, se le da nombre específicamente para tratarla de manera integral”.

La más joven de las senadoras nacionales, Eugenia Catalfamo, señaló la distancia que aún existe entre hombres y mujeres y puntualizó que la juventud de las mujeres es otro de los lugares donde la violencia parece focalizarse. “Les agradezco a la Defensoría y a ELA por poder hablar sobre la desigualdad y la violencia en la política. Son muchos los logros, pero sigue existiendo una brecha muy grande. Todo esto también genera violencia política y hay que incorporar a la agenda pública cada una de estas luchas”. La referente feminista Raquel Vivanco, integrante del Ministerio de las Mujeres Géneros y Diversidad, habló de la importancia de este tipo de encuentros. “Es fundamental tejer estas redes. En nuestra experiencia como militantes, seguro, nos pasó. Siempre hubo violencia: psicológica, simbólica, física, económica”. La diputada nacional Mara Brawer: “La violencia política es disciplinadora hacia el colectivo de mujeres. La violencia política no sólo es hacia una mujer: se usa para atacar a una idea, a una representación”.

La miembro del Movimiento Trans Nadia Echazú / La Nelly Omar, Paula Arraigada, elevó la voz de una de las minorías menos escuchada en los medios de comunicación y en la sociedad en general. “Nosotras necesitamos, no solamente estar en los medios y que los medios nos traten con equidad y con pluralidad, sino que todo el resto de la sociedad -y eso comprende al feminismo también- nos mencione.  Si no, estamos haciendo lo mismo. Muchas de las luchas de las feministas tienen que ver con la disparidad del ejercicio del poder con las mujeres y los varones. Pero no hablan entre la disparidad entre las mujeres cis, los varones cis y las mujeres trans y los varones trans. ¿Cuántas personas trans hay en los cargos de decisión? ¿Cuántas personas trans son visibles en los medios de comunicación? ¿Cuántas personas trans son escuchadas cuando tienen que hacer una denuncia? El concepto de paridad es un concepto que ha quedado antiguo. Porque es un concepto biologicista que apela a la igualdad entre varones y mujeres cis. No habla de mujeres y varones trans. Es por eso que el proyecto de equidad que ha tomado en Senado para los medios de comunicación es superador.” Y se despidió reclamando: “¡el cupo laboral, trans, travesti ya!”.

La periodista Lorena Maciel sentenció: “Las mujeres en los medios de comunicación tenemos una vida útil. El sistema de medios está ponderando minas flacas, lindas y en lo posible, que acompañen al hombre.” Y remató: “Las voces de poder siguen estando en manos de los hombres”. Por su parte, la directora de la carrera de Ciencias de la Comunicación–UBA, Larisa Kejval, agradeció la invitación y celebró que la Defensoría del Público haya recuperado el funcionamiento. “Uno de los primeros desafíos es posicionar públicamente a la violencia política por razones de género. Esta violencia no siempre es vivenciada por quienes la padecen y visualizada como tal”.

La senadora nacional Nancy González recordó que en el Senado se presentó la modificación de la ley de violencia de género, y aseveró que la violencia política contra las mujeres se encuadra dentro de esta modificación que pudieron hacer el año pasado. La diputada nacional Gisella Marziotta agradeció la participación y lo interesante de las ponencias y aportó su opinión sobre la igualdad en los medios: “Creo que el tema de la equidad en los medios de comunicación tiene que ver con la justicia social”.

“La violencia se ejerce con una intención clara: que nos callemos, que no denunciemos”, sentenció la diputada nacional Silvia Lospennato. Y remarcó la diferencia con los hombres que se desenvuelven en política: “Nosotras sufrimos la utilización de las noticias falsas, por ejemplo. No los varones. Siempre hay una intención clara que no nos permite expresarnos. Silenciarnos por medio del insulto, a través de la violencia psicológica”. La periodista y referente en temáticas de género, Mariana Carbajal, coincidió en la capacitación como una estrategia para la erradicación de la violencia política por razones de género, pero no en la criminalización. “No estoy de acuerdo con criminalizar, creo que tenemos que trabajar fuertemente en la capacitación.” Y puntualizó: “Hay mucha gente que no tiene conciencia del daño que causa, del efecto disciplinador. Y a futuro, de lo que significa en la afectación de la democracia cuando las mujeres y otras identidades no participan en el foro político”.

La periodista Agustina Kämpfer fue contundente en su ponencia: “Tengo experiencias muy lamentables para compartir en esta charla y no porque me interese ponerme autorreferencial, sino porque ejemplifican explícitamente lo que hoy nos reúne. En más de una oportunidad, estuve enfrente a la pantalla de un televisor viendo cómo periodistas varones pedían abiertamente a las autoridades del canal que me despidieran”.

Orden de oradoras del primer encuentro

Norma Durango, Liliana Hendel, Gabriela Cerruti, Ofelia Fernández, María Esperanza Casullo, Vanina Escales, Eugenia Catalfamo, Mara Brawer, Amanda Alma, Ximena Cardoso Ramírez, Mariana Carbajal, Raquel Vivanco, Brenda Austin, Silvia Lospennato, Alejandra Saravia, Victoria Donda, Paula Sabatés, Romina Manguel y Mariana Caminotti.

Orden de oradoras del segundo encuentro

Nancy González, Cintia Pili, Marianela Mel, Florencia Saintout, Agustina Kämpfer. Mónica Macha, Miriam Bobadilla, Gisela Marziotta, Cecilia Catherine Britto, Paula Arraigada, Nadia Jazmín del Rosario Zuñiga Sanchéz, Rocío Prim, Carla Gaudensi, Larisa Kejval, Laura Velasco, María del Valle Aguilar, Mariana Fontoura Marques, Lorena Maciel, Silvia Martínez Cassina, Vilma Ripoll y Estela Díaz.

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