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Cambiar el audiovisual para cambiar al mundo

martes 15 de septiembre de 2020

25 voces feministas de la comunicación, la política y el campo de la imagen participaron de un conversatorio organizado por la Defensoría y la asociación Mujeres Audiovisuales (MUA). El espacio sirvió para debatir y para detallar propuestas que intentan frenar la discriminación hacia las mujeres, el colectivo trans y personas LGTBIQ+.

Con la participación de distintas referentes del cine, la política, la docencia y los medios en general, la Defensoría del Público junto con la asociación Mujeres Audiovisuales (MUA), llevaron a cabo el conversatorio “25 estrategias feministas para pensar las artes audiovisuales”. La actividad fue iniciada por la titular de la Defensoría, Miriam Lewin, y llevada a cabo en el marco de una serie de encuentros que el organismo produjo con motivo de cumplirse un cuarto de siglo de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, la primera convención de Naciones Unidas en abordar la cuestión de la representación y participación de las mujeres cis, trans y personas LGTBIQ+ en los medios de comunicación.

“Mientras pensaba en este encuentro, leía cifras que nos golpean vinculadas al género -comenzó Lewin-: sólo el 27 por ciento de los puestos jerárquicos en los medios no son ocupados por varones. Números que perpetúan el poder patriarcal y nos excluyen de las decisiones de una manera totalmente injusta”. Para enumerar después algunas iniciativas que la Defensoría apoya con el objetivo de modificar esa realidad, como “impulsar la ley de equidad y cupo trans en el ámbito de la comunicación, y generar ideas en ese sentido con varios colectivos, como las mujeres futbolistas, sordas, afro y del sector audiovisual”.

 

El evento, moderado por Fernanda Torrera y Julieta Arévalo, integrantes de MUA, fue dando paso a distintas voces que trazaron el mismo panorama problemático, pero a la vez se convirtió en algo propositivo para erradicar esa discriminación. María Valdez, titular de la Licenciatura en Artes y Tecnologías de la Universidad de Quilmes, pidió incluir la perspectiva de género en las currículas como manera de “cambiar las lógicas de las narrativas heteronórmicas”, mientras que la actriz Soledad Villamil describió al cine y a la TV como campos en donde “esa discriminación de género nace desde la escritura misma de los guiones, con personajes femeninos subvalorados, hechos como objeto de deseo, complementarios del protagonista varón y estereotipados al máximo”.

La convocatoria tuvo un fuerte perfil federal, con opiniones de distintas provincias del país, como Jujuy, Corrientes, Córdoba y Río Negro, entre otros lugares. Milo Ruiz, trans masculino cordobés, arrancó resaltando “la lucha que como colectivo LGTBIQ+ impulsamos desde mi provincia, pelea que es mucho más difícil desarrollar a tantos kilómetros de Buenos Aires. No exagero si digo que en el sector de la imagen, aquí soy el único trabajador en la actualidad”. Y reclamó: “Es cierto que en el polo audiovisual de Córdoba un 50% de los puestos de trabajo está reservado a las mujeres, pero al mismo tiempo me pregunto: ¿y dónde encajo yo? Por eso, apelo a la reflexión para cambiar y mejorar estas cosas”.

“Estamos en medio de un escenario pandémico -afirmó Liliana Mazure, ex titular del INCAA-, que entre otras cosas nos permite ver de qué manera esas desigualdades se manifiestan en la pantalla de una manera terrible. Meses en los que, a costa de esas diferencias, las grandes empresas mundiales de contenidos son las que más se enriquecieron. Por eso son importantes encuentros como éste: la post pandemia será lo que nosotras podamos construir ahora”.

Lali Salazar, comunicadora indígena jujeña, imaginó “qué bueno sería descolonizar las pantallas y que los medios no nos miren de manera tan homogénea. Lo positivo es que en los últimos tiempos, experiencias como las radios comunitarias recibieron apoyos y fomentos, pero eso está costando en el terreno audiovisual. Incluso hay que corregir ciertas conductas que aparecen hasta en las actividades más auspiciosas. Por ejemplo, desde 2010 se han hecho festivales de cine federal en Chaco, Buenos Aires y Neuquén. Pero sin embargo, en esos certámenes el cine indígena estaba al final de la cola”.

Otra voz que desnudó las diferencias a favor de los varones a la hora de ocupar funciones en el sector audiovisual fue Silvia Sapag, senadora nacional por Neuquén del FDT: “En las carreras audiovisuales, el 60% de los recibidos son mujeres. ¿Saben de qué trabaja la mayoría? De maquilladoras”. Para Mariana Méndez, productora de Wayruro Comunicación Popular (Jujuy), es necesario “apoderarse de las historias que fueron contadas por otros, porque son nuestras propias historias. Tenemos que contarnos a nosotros mismos, ése es el objetivo”. Y en la misma línea intervino Ese Montenegro, activista trans masculino, editor y asesor de la Comisión de Mujeres y Diversidad de la  HCDN: “Todo contenido audiovisual es un contenido político”.

“No hay que cambiar a los medios, hay que cambiar el mundo”, comenzó la diputada nacional Gabriela Cerruti. Y adelantó varias iniciativas que desde el Congreso Nacional se impulsan “para que más mujeres y trans ocupen espacios en las producciones audiovisuales. Quiero más viejas en la tele, por ejemplo. ¿Se fijaron que no hay conductoras en noticieros, y cuando las hay, las obligan a cumplir con determinados modelos estéticos como si fueran actrices?”.

En el mismo sentido apuntó Andrea Mallimaci, directora de Comunicación del Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad de la Nación: “Necesitamos un cambio cultural, y para lograrlo, la importancia de las representaciones es enorme. Por eso, cambiar el audiovisual es un poco tratar de cambiar al mundo. Debemos construir el verdadero derecho humano a la comunicación, que no puede no ser feminista”.

Además de las mencionadas voces, aportaron sus ideas Paula Markovitch (directora de cine y guionista argentina radicada en México), Constanza Sanz Palacios (vicepresidenta de la Asociación. de Directores de Cine, PCI), Victoria Chaya Miranda (directora y productora cinematográfica), Carina Sama (realizadora y documentalista), Vanesa Pagani (productora  perteneciente a Apima), Bichi Romero (realizadora audiovisual integrante del colectivo Xineticas, de Chaco), Rosario Palma Patagonia (activista y realizadora audiovisual por MUMA, Bariloche), Rebeca Torre (realizadora audiovisual), Maitena Minella (guionista), Norma Durango (senadora nacional por Alianza FPV, La Pampa), Lucía García Itzigsohn (Directora  Provincial de Planificación y Gestión Comunicacional del Ministerio de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual bonaerense), y Jésica Tritten (Directora de Señales de RTA).

También participaron Julia Amore (actriz y trabajadora en el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación), Silvina Acosta (actriz y miembro de la Comisión Directiva de la Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes, SAGAI), Kekena Corvalán (profesora y escritora feminista especializada en artes visuales), Belén Igarzábal (Directora del área de comunicación y cultura de Flacso), Daniela Ruiz (directora de teatro, actriz y activista travesti), Elisa Gagliano (actriz, directora y poeta), Majo Giovio (mediactivista y editora de género en Emergentes Medio), Carolina Balderrama (comunicadora y docente), y Fiorella Sargenti (periodista feminista especializada en cultura pop y conductora radial).

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