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Por más voces de los Valles Calchaquíes

Tras la inauguración de la primera radio diaguita en julio de 2013, comunidades catamarqueñas y tucumanas planifican la puesta en marcha de tres emisoras durante este año. La Defensoría acompaña estas iniciativas.

La comunidad diaguita de Cerro Pintao en Catamarca y las pertenecientes a la Unión de los Pueblos de la Nación Diaguita de Tucumán, ubicadas en Potrero Rodeo Grande y Chuschagasta, recibieron en enero la visita de la Defensoría del Público.

Integrantes del equipo de Capacitación y promoción de la Defensoría realizaron un diagnóstico de las necesidades de formación y acompañamiento del organismo de las tres comunidades que planifican la puesta en marcha de emisoras de radio. Primero, en Las Mojarras, Catamarca, donde reside la comunidad diaguita Cerro Pintao que en 2013 accedió a la autorización para operar una emisora de frecuencia modulada. El cacique Carlos Cruz y miembros de la comunidad decidieron llamar a la futura emisora Radio Mukarra en honor al cacique diaguita asesinado al resistir a la conquista española.

Las comunidades de Potrero Rodeo Grande y El Chorro, que forma parte de Chuschagasta, integrantes de la Unión de los Pueblos de la Nación Diaguita de Tucumán (UPNDT), recibieron a Sebastián Janeiro y Claudio Vívori, quienes representaron a la Defensoría. Daniel Sánchez, cacique de Potrero Rodeo Grande, abrió las puertas de su casa para compartir mates, empanadas y el proyecto comunicacional de la comunidad con el organismo.

Los relatos sobre los deseos que impulsan la instalación de las radios, sobre la conformación de los equipos, sobre los trámites para acceder a las autorizaciones, sobre la necesidad de incorporar saberes y herramientas para llevar los proyectos adelante, se alternaron con los que dan cuenta de la situación de las comunidades. Andrés Mamani, cacique de Chuschagasta, narró la escena del asesinato de Javier Chocobar el 12 de octubre de 2009, del que fue testigo, cuando defendían la cantera de piedra laja que pertenece a la comunidad de la expropiación por terratenientes. En las conversaciones, esas situaciones se enlazan con la necesidad de saldar la incomunicación y el silenciamiento de los grandes medios con emisoras donde las comunidades se expresen con voz propia.

Los intercambios permitieron fortalecer los lazos entre la Defensoría del Público y las comunidades para extender a más pueblos indígenas ubicados en diversos puntos del país el apoyo del organismo para la instalación y la gestión de medios audiovisuales propios. En esta ocasión, el diagnóstico estuvo acompañado por un taller del que participaron jóvenes de las comunidades diaguitas de Amaicha del Valle, Quilmes, Potrero Rodeo Grande, Tolombón y Chuschagasta, futuros protagonistas de las radios gestionadas por sus comunidades.

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