Jóvenes de La Musaranga se piensan y cuentan
La Defensoría va al barrio y ahí, en Beccar, en el conurbano bonaerense, trabajó con chicos y chicas de La Musaranga, un espacio de expresión a través de oficios artísticos. Al terminar el taller, el grupo se contó a sí mismos con este video.
Entre mates y facturas, un grupo de adolescentes que viven en distintos barrios cercanos a Beccar, en el partido de San Isidro, y forman parte de la “Compañía nacional de autómatas La Musaranga” compartió con la Defensoría del Público un taller de cinco encuentros en los que el debate sobre lo que pasa en los medios de comunicación y el modo de participar (o no) de los jóvenes, fue la actividad central.
Al mismo tiempo que los adultos trabajaban en el taller de encuadernación y literatura en otra habitación, durante la tarde de cinco sábados, Isa, Moncho y María contaron lo que ven en la tele y lo que escuchan en radio y comenzaron a mirar con ojo atento cómo son mostrados allí los y las jóvenes.
“La Musaranga” es un grupo que desarrolla diversos oficios artísticos: talleres de elaboración de marionetas, música, encuadernación y literatura, obras de teatro y distintas puestas en escena en forma itinerante. La casa que funciona como taller y espacio de encuentro está en la calle Juan B. Justo, en Beccar y recibe a chicos y chicas de los monoblocks de Boulogne y de los barrios Uruguay y Rolón. La puerta de La Musaranga, permanentemente abierta invita a pasar, y sus integrantes y actividades invitan a quedarse y compartir.
A partir de ver distintos materiales audiovisuales y pensar en lo que miran en tele, los y las adolescentes acordaron que los jóvenes que aparecen allí “siempre son perfectos, rubios, o morochos, pero lindos de cara” y uno de los chicos dijo que “sus problemas siempre son de amor, pero a los jóvenes por ahí nos preocupan otro montón de cosas”. Se mostraron en desacuerdo con que a los jóvenes se los muestre “como si fueran tontos” o como si sus opiniones no tuvieran valor. “Queremos que se muestren personas, chicos, chicas, más ‘normales’”, dijo uno de los participantes, reclamando que se salga de los modelos de belleza instalados.
Moncho, Isa y María, en ese espacio, se definen como un grupo distinto. Los tres van a la escuela secundaria y por la tarde pasan varias horas en la casa de la calle Juan B. Justo ensayando o participando de los talleres. “Actividades como éstas no se suelen ver en la tele”, coincidieron. “Nosotros también somos chicos de barrio, que no estamos en cualquiera, en la calle o consumiendo, drogados o borrachos como a veces se muestra”, dijo uno de ellos. Acordaron en que muchos jóvenes no son de esa manera, y que si estas actividades fueran más difundidas podría ayudar a cambiar la mirada que se tiene sobre los pibes de los barrios. “Además, acá somos como una familia”, dijo Moncho, “estamos todos juntos, nosotros también opinamos y los grandes nos escuchan, nos respetan, no nos dejan de lado y tenemos roles en las actividades como todos, sean adultos o sean chicos”.
Entre las funciones de la Defensoría, les llamó la atención la posibilidad de contar con un espacio donde reclamar y hacer denuncias ante situaciones de incumplimiento de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Temas como la accesibilidad y las situaciones en que no se cumple con el horario apto para todo público fueron los que más los preocuparon. Acompañados por referentes de la compañía, entre ellos Mauro Pascucci y Silvia Gattafoni, y por Virginia Vizcarra, en representación de la Dirección de Capacitación y Promoción de la Defensoría del Público, los jóvenes participaron activamente de las actividades.
Al finalizar el recorrido del taller, el grupo elaboró una producción audiovisual en la que decidieron mostrarse como “los jóvenes de La Musaranga”. Por un lado, seleccionaron fotos en las que están realizando sus actividades en los talleres y los espectáculos: Moncho haciendo percusión, María bailando y manejando marionetas, Isa recitando y tocando el acordeón. Eligieron musicalizarlo con la canción que representa al grupo, y narraron entre todos el texto que acompaña, con voz en off de Moncho. Quiénes somos y cómo nos muestran los medios fueron las preguntas que guiaron esta producción. Sobre todo remarcaron que en el grupo artístico son una parte más, que se sienten respetados y valorados por los adultos y que les gustaría que esas situaciones y esas actividades se muestren más en los medios, “porque nosotros también somos chicos de barrio”.