Derecho a la comunicación, accesibilidad e inclusión en escuelas de chicas y chicos sordos
El año pasado, la Defensoría del Público puso en marcha una línea de trabajo en escuelas que tiene como ejes transversales al derecho a la comunicación y a la accesibilidad. El proceso incluyó el diseño de capacitaciones, la creación de materiales y recursos didácticos, el intercambio y la formación docente.
Con la intención de que niñas, niños y jóvenes sordos conozcan sus derechos como audiencias de medios audiovisuales y se reconozcan como sujetos de derecho, la Defensoría del Público desarrolló una línea de acción que permite abordar estos temas en escuelas de todo el país. La primera experiencia se llevó a cabo en la Escuela Especial para niños sordos N° 2013 de la ciudad de Rosario, en Santa Fe.
Intercambio de opiniones, ideas, preferencias y vivencias, debates sobre las barreras comunicacionales en la vida cotidiana, propuestas para hacer accesibles los medios de comunicación, entre otros, son los ejes de los talleres. La propuesta incluye instancias de trabajo con las chicas y los chicos. Y con sus docentes. Porque hablar de derecho a la comunicación y accesibilidad en las escuelas de educación especial y en las escuelas integradas implica una serie de desafíos.
El proceso que diseñó la Defensoría del Público hace eje en la comunicación audiovisual y los derechos de las personas con discapacidad, en las herramientas para garantizar la accesibilidad, en el vínculo de los chicos con la televisión. Pero para abordar estos temas es necesario generar espacios curriculares compartidos, transformar las prácticas educativas en espacios flexibles y participativos, brindar oportunidades de aprendizaje desde la pluralidad lingüística y cultural.
¿Cómo son los chicos y chicas que aparecen en la televisión? ¿Se parecen a nosotros y nosotras? ¿Podemos mirar todos los programas de tele? ¿Cómo lo hacemos? ¿El subtitulado y la lengua de señas presentan dificultades? ¿Podemos producir contenidos audiovisuales propios? ¿Qué características tendrían? Todas preguntas que aparecen en las instancias de reflexión y de diagnóstico previo que se desarrollan junto a las y los estudiantes. Además, en los encuentros se motiva un acercamiento a las lógicas de producción para poder analizarlas críticamente. Como parte de los talleres se motorizan producciones como un modo de poner en práctica el derecho a la comunicación y generar un vínculo con los medios donde los chicos y las chicas se piensen como productores.
Para transitar este recorrido pedagógico se diseñaron herramientas y materiales específicos. Una “manta contadora de historias”, con sus formas, colores y personajes invita a compartir situaciones y relatar vivencias donde el derecho a la comunicación se relaciona con otros derechos y con las experiencias de los y las participantes. Apoyada en ese escenario visual, una docente integradora narra en lengua de señas las historias de Nara y, al mismo tiempo, se desarrollan oralmente para construir un puente en el que la accesibilidad sucede y, a la vez, se legitima el ejercicio del derecho a la comunicación en un espacio de integración e inclusión educativa.
La experiencia en la Escuela Especial N° 2013 implicó que la institución asuma el desafío de abordar el derecho a la comunicación y la accesibilidad como proyecto institucional con sus más de cien estudiantes. Junto a la Defensoría del Público, se llevó a cabo un proceso anual en toda la institución.
Para fortalecer los vínculos interinstitucionales, y como parte del proyecto, el proceso se replicó en otras dos escuelas inclusivas que reciben a chicos y chicas como parte de su estrategia de integración: primer año de la Primaria N° 1235 Constancio C. Vigil, y segundo y tercer año de la Primaria N° 53 Bernandino Rivadavia. Estas escuelas se enmarcan en una propuesta de espacios sociales inclusivos o no sectorizados que contemplan que chicas y chicos sordos participen en instituciones primarias o secundarias y, a contraturno, asistan a la escuela especial.
Como resultado del proceso de capacitación, en cada escuela se hicieron videos: las chicas y los chicos protagonizaron las piezas audiovisuales y los procesos de producción. Sus docentes guiaron el recorrido, aportaron sus saberes y el conocimiento del grupo. Al mismo tiempo, la Defensoría acompañó el recorrido. En cada escuela definieron los temas, los formatos, las herramientas de accesibilidad, escribieron guiones, armaron escenografías, grabaron, animaron, editaron. En la escuela CIBES hicieron un experimento y una trenza cocida frente a cámara. En la N° 508, un informativo. En la N° 2013, los videos explican qué es la accesibilidad.
Las particularidades de este proyecto que impulsa la Defensoría, las características de las instituciones y los grupos que participaron son elementos fundamentales en la planificación de los encuentros. Para ello, el equipo de accesibilidad de la Dirección de Capacitación y Promoción del organismo, que integran Carolina Gálvez, Lucrecia Ortega y Yanina Boria, ofreció sus saberes sobre accesibilidad comunicacional, lengua de señas, didáctica y pedagogía visual. La propuesta pedagógica, las actividades, los aportes conceptuales, los materiales visuales, táctiles y audiovisuales llegaron a las aulas y se fueron adaptando y afinando en la práctica para poder compartirlos con más escuelas de todo el país en 2018.
Dar a conocer los derechos comunicacionales de niños, niñas y jóvenes; posibilitar la expresión, la opinión y el intercambio de ideas; transitar el camino de la construcción de ciudadanía comunicacional en la lengua natural de los chicos y las chicas sordas; concebir a la accesibilidad como un hecho trasversal que posibilita y promueve el acceso a otros derechos de la niñez y la juventud, entre otros, son aspiraciones centrales de la línea de accesibilidad que lleva adelante la Defensoría del Público y que se traducen en cada una de sus acciones.